23 ene 2016

Juguetes de los '90 por los que pagaríamos de nuevo

Que estamos viviendo una especie de revival noventero es más que evidente. Y que en ARC nos encanta este hecho, por qué negarlo, seguramente también.

La clase, el atrevimiento, la personalidad, la moda, lo chic y lo naif. Todo. Una década de lo más divertida donde se pudo bailar el "Wanna be" hasta la extenuación, y por la que nos enamoramos perdidamente de Kate Moss, de Pitt, de Dicaprio o de Kurt Cobain.

¿Y la infancia en los '90? No había tanta tablet, ni tanto iphone... y tampoco queremos desprendernos de ellos. Pero la creativa mente de los jugueteros de la época pusieron al servicio de la infancia una innumerable lista de productos por los que pagaríamos por tener ahora mismo. Aquí. Y ahora.


Nos consta que algunos de ellos siguen fabricándose. Otros solo podrás encontrarlos rebuscando en internet o en los altillos de algún armario. ¿Cuántos de estos eres capaz de recordar?


¿Quién es quién? nos robó horas y horas junto al bocadillo de nocilla. ¿Tiene gafas? ¿Es rubio? ¿Lleva sombrero? Claire, Paul o David pasaron a formar parte de tu familia hasta que, de tanto sacudirlo para empezar una nueva partida, empezaron a caérsele las piezas que albergaban los misteriosos rostros.

Los Tazos eran una especie de circulitos coleccionables con los que jugábamos tirándolos sobre otros puestos bocabajo con el mero interés de desplumar a tu  oponente y no devolvérselos jamás de los jamases. Los tazos eran la verdadera moneda de cambio en los colegios, y podías conseguir casi cualquier favor a cambio de un master-tazo... el más tocho de todos.


Este sí era uno de los más codiciados por las niñas-proyecto-de-influencers y amantes de los trapitos en general. Si no lo tenias tú, lo tendría tu prima o tu vecina... lo que generaba una ira irrefrenable hacia los Reyes Magos. ¿Por qué a María sí, y a mi no?


Hubo una época en la que el crack del cole era el que más alto tiraba el diábolo y luego era capaz de pillarlo al vuelo sin que se le callera. No eramos hippies ni nada, pero este juguete analógico causó sensación en algún momento de algún año en los 90. Y frustraciones por torpeza y chichones a partes iguales también.


Tamagochi. El rey tecnológico de los juguetes noventeros. Existía la leyenda  excusa que aseguraba hacer a los niños más responsables... pero siendo sinceros, ¿quién no dejó morir a sus crías o dejó de limpiarle las cacas solo por experimentar? Tamagochi, te echamos de menos.

Skip it, creemos recordar que se llamaba. El juguete que creó toda una generación de niñas atletas de barrio, locas por conseguir lograr el récord de saltos. Algunas lo usaban incluso masticando chicles de fresa ácida sin parar.

Esto no sabemos cómo se llamaba pero inundó cuartos infántiles durante los 90. No botaban, y no podías interactuar demasiado con esta especie de pelotas de pelos. Pero tenían un olor sintéticamente adictivo, y un tacto que lo mismo te disgustaba como no podías dejar de acariciarla. Seguro que te suena haberlo visto incluso en forma de llaveros.


No había discusión reunión familiar con niños que se preciara que no tuviera su partida de tragabolas , por lo menos hasta que se perdieran las bolas. Los garbanzos nos rodaban igual, y además así tenías algo de lo que culpar a tu primo. Fue exitoso y competía con "Operación", otro juego cuyas piececitas siempre le perdías a tu prima mayor, a propósito o no.

  
El famosisísimo pollo, mamífero, peluchito, risueño y quejica, llamado Furby. El juguete que reaccionaba a tus cosquillas y que, aseguraban, era capaz de aprender palabras, ha seguido evolucionando con los años y las nuevas generaciones pueden seguir disfrutando de su compañía. ¿Tú también tienes uno con las pilas gastadas en tu cuarto?


Los Power Ranger también marcaron esta época antes de que se reinventaran en los avanzados
00´s, consiguiendo que muchas niñas ya no solo quisieran ser princesas, sino guerreras expertas en artes marciales que velaban por la supervivencia del mundo. Si fuiste niñx en esta época y no tuviste uno, seguro que jugaste con los de alguien de tu alrededor.  Go, Go, Powerrangeers.


Ni que decir tiene que en aquellos maravillosos años no había teléfonos móviles, y si querías cotillear a gusto tenías que preocuparte de que tu madre o tu hermano no escucharan desde el teléfono de otro cuarto. Línea directa daba la oportunidad a las adolescentes del momento de oír las voces de los chicos más guapos y populares dándoles pistas sobre quién era su admirador secreto. Luego volvían a la realidad, pero ese gustito no se lo quitaba nadie.


Game Boy. Y creemos que no hay más que añadir al respecto.


No podíamos olvidarnos de estos preciosos trolls de la suerte.  De pronto surgieron en cientos de tamañosy formatos. Podías encontrarlos estampados en camisetas y sudaderas, en llaveros, vestidos, desnudos, con piedras en el ombligo... eran amigables, bonachones y divertidos. Los colores de sus cabellos eran lo más. Reiteramos; Lo puñetero más!!
Lo más parecido a jugar al pin-pon en el salón de casa reduciendo las posibilidades de romper los marcos con las fotos de la primera comunión de toda la familia era esto. Una especie de palas cubiertas del velcro y una pelota blanducha que se pegaba a ellas. Otro de esos juguetes analógicos que fomentaban los piques entre hermanos.


Serías la niña más molona del vecindario si circulabas por ahí con tu descapotable rosa con teléfono incorporado. También lo había en versión camioneta, pero claro, ese no era de la mismísima Barbie. Lo usabas a escondidas hasta que no cabías dentro, y tu madre un día decidió regalarlo. Tú, por supuesto, lloraste en soledad.

¿Cuál es tu juguete favorito de los 90? ¿Cuál añadirías tú a esta lista?
¿Con cuál de todos te harías ahora mismo sin pensarlo?
Ya sabéis que en ARC nos encanta escucharos.


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